Información para Padres y Pacientes

Las cardiopatías congénitas son lesiones anatómicas de una o varias de las cuatro cavidades cardiacas, de las paredes que las separan, de las válvulas y de las arterias que salen del corazón. Es decir, una parte del corazón del niño o niña no se ha llegado a formar o se ha formado mal. Hay más de 50 tipos diferentes de lesiones. Sin embargo con mucha frecuencia se combinan varias lesiones en un mismo niño como es el caso de la Tetralogía de Fallot. No existe, sin embargo, necesariamente, una relación directa entre el número de lesiones asociadas y la gravedad del caso.

Aproximadamente doce de cada mil recién nacidos padecen este problema. En la altura el número se duplica. En toda Bolivia nacen 2500 nuevos pacientes con cardiopatías congénitas.

No, solamente aquellos en los que la enfermedad lleva a insuficiencia cardiaca y en aquellos en los que el aporte de oxígeno no alcanza. El diagnóstico temprano es imprescindible para el correspondiente tratamiento médico, intervencionista o quirúrgico. La gran mayoría de las cardiopatías congénitas se pueden curar, permitiendo que el niño disfrute de la vida.

La noticia de que su hijo está enfermo del corazón es siempre motivo de gran preocupación para los padres y efectivamente una cardiopatía congénita no diagnosticada, ni tratada, siempre es algo serio. A diferencia de lo que ocurre con otros órganos, con un corazón enfermo la situación general de los niños pequeños, en especial los recién nacidos, cambia rápidamente pudiendo ser grave en pocas horas o días.  Vea también el acápite correspondiente para padres con niños ya diagnosticados de enfermedad del corazón.

Los niños no suben bien de peso, pueden tener los labios azules y algunas veces se desmayan. Los pediatras escucharán un soplo cardiaco y sentirán una vibración anormal en el pecho. Si bien el electrocardiograma y la radiografía de tórax están más al alcance de los médicos, las respuestas definitivas solamente se reciben a través de una ECOCARDIOGRAFÍA DOPPLER COLOR.

No todas las cardiopatías son evidentes en el momento de nacer. Algunas se manifiestan días, semanas, meses o incluso años después.

Sí. Se puede efectuar una ecocardiografía fetal y realizar el diagnóstico desde la semana 22 del embarazo aproximadamente. Este examen no tiene ningún riesgo para la madre ni para el niño y se pueden planificar con tiempo los siguientes pasos.

En los niños mayores la lesión cardíaca no tratada puede condicionar su vida futura, ya que los niños no logran misma actividad física que sus compañeros.